martes, 28 de febrero de 2012

Nuevos aportes para una entrevista de trabajo

Acudir a una cita de trabajo genera visibles y comprensibles incertidumbres y, además, es una oportunidad interesante para someter a prueba la autoestima, empatía, temperamento, autocontrol y exhibir la eficiencia de la personalidad. No solo es una ocasión destinada a demostrar, como equívocamente se cree, el nivel de conocimientos, adiestramientos y destrezas.

En esta nota deseo tratar algunos pormenores sobre la entrevista profesional y compartir recomendaciones para familiarizarnos con esta practica cada vez más frecuente en un mercado definido por continuos cambios y reubicaciones. La dinámica actual obliga a conocer con amplitud los procesos de reclutamiento con el afán de enfrentar sus vicisitudes.

En mi artículo “Tips para una entrevista laboral” afirmé: “…Durante la reunión recuerde que su entrevistador puede ejercer cierto comportamiento distante y frío, no se sienta incómodo. Solo es una estrategia y usted debe recordar que, probablemente, con quien dialoga también ha pasado por igual situación en determinados momentos de su vida. En los primeros minutos trate de establecer una relación de humano a humano y no sobredimensione a su interlocutor”. Por este asunto quiero empezar. Recomiendo no temer o “idealizar” al individuo que lo interrogue. En estos encuentros muestre con énfasis su seguridad, fluidez y capacidad de interacción.

Es conveniente deducir lo que busca la corporación a fin de acudir a la cita con una noción de las posibles expectativas que se esperan de usted. El entrevistador desea averiguar asuntos tales como: Quién es la persona evaluada, predecir sus conductas y desempeño, qué puede hacer en la empresa, lograr que el postulante hable de “temas difíciles” y sí el candidato podrá repetir logros pasados. Recuerde, intentarán observar sus fortalezas y debilidades.

¿Cómo son las entrevistas de trabajo? Pueden ser de varios tipos dependiendo de diversos factores. Existen tres clases: Individual, panel y grupal. La primera, es un encuentro con una sola persona; la segunda, es una modalidad en la que múltiples conocedores conversan con el aspirante. Son ágiles, dinámicas y en ciertos momentos pueden poner tenso al interrogado por su rigurosidad. Pues, cada panelistas hará sucesivas preguntas inherentes a su interés y discernimiento. La grupal se emplea en convocatorias masivas para vendedores y afines.

Habitualmente, el encargado de la entrevista es un asesor, consultor o especialista contratado para esta finalidad. También, puede ser un integrante de la gerencia de Recursos Humanos o el gerente principal. Todo dependerá de la política, dimensión y organización de la entidad. Existen empresas que, por reducir costos, asumen –de manera empírica- estas funciones sin contar con los elementos y juicios necesarios.

Desde mi experiencia y parecer, las evaluaciones de los expertos en selección de personal son más exhaustivas. No siempre existen lineamientos objetivos en la valoración que realiza un gerente de administración -de un pequeño o mediano establecimiento- cuyo entrenamiento en la elección de personal es limitado. Por lo tanto, se corre el riesgo que su apreciación solo esté orientada a temas laborales, omitiendo la trascendencia de la exploración psicológica, emocional y social.

Un aspecto importante, preséntese adecuadamente. El 50 por ciento del primer impacto estará en la vestimenta que luce, el 30 por ciento en su lenguaje corporal y contacto visual y, finalmente, el 20 por ciento en su forma de comunicarse. Es imprescindible proyectar una imagen altamente favorable, propia de un profesional exitoso y emprendedor.

En tal sentido, tenga en cuenta la conocida expresión empleada en etiqueta: “No existe una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión”. Aconsejo efectuar sus mejores esfuerzos a fin de generar una percepción positiva, afable y grata. Mantener la mirada es una señal de transparencia y credibilidad. El trato inicial es esencial para forjar una conexión empática. No se recomiendan comportamientos defensivos, distantes, poses de extrema formalidad o dar una impresión falsa o exagerada de usted.

Por lo general las entrevistas tienen un orden que, dependiendo del tiempo y disposición de quien la conduce, puede variar. Los minutos preliminares serán de exposición general e introducción. Usted debe percatarse cuando escuchar y en que instante preguntar. Obviar inútiles interrupciones hará entendible y ordenada –por ambas partes- la plática. No se precipite que, en una segunda etapa, se interesarán por su historia profesional y habrá tiempo para indagar acerca de sus estudios, entorno familiar, aspiraciones, pretensiones económicas y, por último, el cierre de la charla será cortés, aún cuando el puesto ofrecido no cubra sus expectativas.

Las modalidades de una entrevista varían de una compañía a otra. Rehúya confiarse y actualice su información, realice averiguaciones sobre la empresa a la que postula, examine su hoja de vida para deducir las cuestiones que ocasionarán determinadas interrogantes, entre otros asuntos. Tenga por seguro que su inteligencia interpersonal será determinante para un lucido encuentro de trabajo. Suerte!

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